Después de navegar toda la noche, llegamos al puerto que está ubicado en la pequeña ciudad de Civitavecchia a orillas del mediterráneo a solo 1 hora de Roma. Como éramos 11 familiares nos ofrecieron una pequeña buseta cuyo conductor nos acompañó durante todo el día, la ruta a Roma es muy bonita y nuestro destino principal en Roma era ir al Vaticano para entrar a la Catedral de San Pedro, realizamos una primera parada en la Fontana dell’ Acqua Paola, ubicada en la colina Janículo, cerca de la iglesia de San Pietro in Montorio, un monumento muy bello donde además se puede observar la ciudad de Roma.

Después de las respectivas fotos nos dirigimos a la Ciudad del Vaticano, nos tomó unos 35 minutos llegar a la Catedral de San Pedro (Basílica di San Pietro), la plaza estaba llena de turistas y religiosos, realmente la entrada estuvo muy organizada, creo que no tardamos más de 45 minutos para poder entrar a la Catedral, yo había visitado el Vaticano hacía más de 30 años y el tema era mucho más simple e informal, actualmente hay que pasar por seguridad y una larga fila, pero una vez adentro el descreste es total, el interior de la Catedral es una belleza especialmente la cúpula de la catedral con pinturas de Miguel Angel que son impresionantes y se siente toda esa buena energía que la gente emocionada transmite. Miguel Ángel tardó más de cuatro años en pintarla, desde 1508 hasta 1512. La obra es de 500 metros cuadrados con más de 300 figuras.

El país del Vaticano es el más pequeño del mundo con apenas 44 hectáreas y no más de 1.000 habitantes incluido el Papa León 14. La sola Basílica y la Plaza de San Pedro ocupan el 20% de todo el territorio, nosotros no nos movimos de esta zona. Ciudad del Vaticano comenzó su existencia como Estado independiente en 1929. El conjunto arquitectónico, histórico y artístico que conforma la Ciudad del Vaticano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984
La Plaza de San Pedro en el Vaticano tiene 320 metros de largo por 240 metros de ancho. Es un espacio ovalado, la diseñó Gian Lorenzo Bernini, la plaza es imponente, yo me senté cerca del obelisco a observar la gente pasar y entrar a la catedral mientras el resto de la familia salía de la Catedral, en fin es un lugar muy bello e inponente.
Luego nos dirigimos hacia la Fontana di Trevi, tardamos unos 30 minutos llegar cerca del Rio Tiber al frente del Castel de Sant´Angelo, caminamos hacia el Museo Nacionale Romano, cruzamos la Piazza de Navona donde hay un obelisco precioso, pasamos por el Phanteon y luego llegamos a Fontana, esto fue cruzar caminando el centro histórico de Roma. La Fontana de Trevi es un lugar icónico del turismo en Roma, se dice que al tirar una moneda a la Fontana pidiendo un deseo siempre se cumplirá, especialmente al que las recoge durante el fin de semana.

Después de pasar un buen rato en la Fontana realizamos el mismo trayecto de regreso al mismo punto donde la buseta nos dejó y allí comenzamos nuestro regreso al puerto de Civitavecchia donde el crucero atracó, la hora de embarque era a las 7pm, llegamos muy puntuales después de 1 hora de viaje. De nuevo en el crucero en busca de buena comida en el restaurante de siempre, el L’Ibiscus Restaurant.

Desembarcamos en Civitavecchia después de navegar toda la noche por el Mar Mediterráneo partiendo desde la Isla de Cerdeña / Cagliari durante nuestro paseo familiar de 8 días en el Crucero MSC.

